Cuando se quiere ensalzar un momento, una ocasión o a una persona, es habitual intentar «fijarlo» a través de un detalle conceptual como puede ser una placa conmemorativa, un premio o incluso trofeos que anclen y señalen el momento.
Hay multitud de lugares donde poder comprar un trofeo o placa conmemorativa cualquiera para que alguien lo pueda poner en una vitrina, estantería o mueble pero dar un paso más allá, en un acto estético de atrevimiento y creatividad es apostar por algo recordable de verdad, algo que supone querer dejar una marca.
Frente a lo estándar, lo normalizado, tiene un significado especial el acto de encargarlo a un artista como David Marshall porque se pretende que la obra de por sí, además de lo que quiere remarcar, tenga un significado propio que llegue y refuerce el acto que remarca.
Una pieza trofeo, placa o diseño de David Marshall es un esfuerzo artístico por hacer que el evento y conmemoración sea único, que sobresalga como una intención de hacerlo más trascendente, fuera del circuito comercial de conseguir un trofeo bonito que es el hecho de conseguir una placa o trofeo con significado propio adscrito al propio evento.
Eso supone regalar y ensalzarlo con arte creado ex professo, único, inimitable y original que además supone un regalo mayor al imprimirle el sello de un artista, del proceso artístico que supone crear una pieza única y convertirla a través de los elementos como el cristal, metal, madera, piedra, en un elemento como el que no hay dos.
Los trofeos y placas creados por David Marshall pueden verse en actos internacionales, en eventos y entregas de premios de diversas organizaciones. También en reconocimientos a personas influyentes y artistas que aprecian la exclusividad de estos diseños.
No es un trofeo o una placa conmemorativa: es imprimir arte a un reconocimiento.